Pi Network enfrenta fuertes críticas por parte de la comunidad de criptomonedas, con acusaciones que la califican como la mayor estafa en la historia del cripto. Desde su inicio en 2019, millones de usuarios han participado en la minería diaria, pero la mayoría no encuentra un método confiable para convertir los tokens Pi en un valor tangible. El lanzamiento de la red principal del proyecto ha sido repetidamente retrasado, y los retiros de tokens siguen siendo restringidos, con listados limitados en exchanges que a menudo vienen acompañados de fuertes restricciones para la venta. Los críticos argumentan que Pi Network ha explotado palabras de moda sobre la descentralización mientras mantiene un control centralizado, recopila datos de usuarios y emplea tácticas de referidos multinivel. A pesar de estos esfuerzos, el proyecto aún no ha entregado una moneda funcional y comerciable, lo que ha llevado a un creciente escepticismo y acusaciones de prácticas fraudulentas.