Los precios del oro han aumentado hasta $4,000 por onza en 2025, impulsados por importantes factores económicos globales. La reforma regulatoria de Basilea III en 2019 reclasificó el oro como un activo con peso de riesgo cero, reduciendo los costos de mantenimiento para los bancos y aumentando la demanda. El conflicto entre Rusia y Ucrania en 2022 aceleró la desdolarización, con más de $300 mil millones en reservas rusas congeladas, lo que llevó a los bancos centrales de todo el mundo a aumentar sus tenencias de oro. Además, la expansión monetaria inducida por la pandemia erosionó el poder adquisitivo del dólar, aumentando el atractivo del oro como cobertura. La reestructuración estratégica de reservas por parte de países como China, que ha cambiado de bonos del Tesoro de EE.UU. a oro, ha impulsado aún más la demanda, con compras de oro por parte de bancos centrales alcanzando niveles sin precedentes.