La economía global está experimentando una fragilidad estructural creciente debido al aumento de las tensiones comerciales, las inversiones especulativas en inteligencia artificial y la disminución de la confianza en la consistencia de las políticas. El proteccionismo comercial y el apalancamiento financiero en la expansión de la IA están contribuyendo a un ciclo de retroalimentación que amenaza con un colapso económico sincronizado. Las fluctuaciones recientes en el VIX y las disputas arancelarias en curso entre Estados Unidos y China resaltan la precariedad del entorno económico actual.