El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, anunció la cesación del "run-off" de reservas excedentes por parte de la Fed, poniendo fin efectivamente a la destrucción de dólares creados durante la pandemia. Este cambio de política detiene la estrategia previa de quemar 2.4 billones de dólares en reservas para mantener la escasez y el valor. Powell enfatizó la importancia de mantener reservas "amplias", indicando un posible retorno a la impresión de dinero mediante la compra de bonos. Esta decisión marca un cambio significativo en la política monetaria, en contraste con prácticas fiscales históricas como la quema pública de facturas fiscales en la América colonial. La medida busca asegurar suficiente liquidez en el sistema financiero, reflejando el enfoque adaptativo de la Fed ante las condiciones económicas cambiantes.