Los funcionarios de la Reserva Federal están divididos sobre el momento adecuado para reducir las tasas de interés, con debates que se intensifican en torno al nivel aceptable de dolor económico antes de realizar ajustes en la política. La cuestión central ya no es si se deben bajar las tasas, sino cuándo hacerlo. Un grupo dentro de la Fed está preocupado de que una disminución rápida de la inflación pueda conducir a una nueva inestabilidad económica, mientras que otra facción advierte que retrasar las reducciones de tasas podría agravar el daño al empleo y a los ingresos de los hogares. Esta división interna resalta el desafío que enfrenta la Fed para equilibrar estos riesgos. Además, el enfoque en la lucha contra la financiación del terrorismo sigue siendo un aspecto significativo de las discusiones regulatorias más amplias, lo que indica la complejidad del entorno político actual de la Fed.