Ethereum (ETH) es cada vez más visto como un depósito de valor para las instituciones, con su valor impulsado más por la adopción institucional y la prima monetaria que por la actividad en la cadena o la tecnología. El futuro del valor de Ethereum está influenciado por el grado de adopción institucional y su competencia con Bitcoin. Tecnológicamente, Ethereum sigue siendo muy exitoso, con muchas cadenas y aplicaciones nuevas prometedoras basadas en la Máquina Virtual de Ethereum (EVM). Cuenta con las mejores herramientas de desarrollo, el ecosistema más grande de desarrolladores y auditorías, y fuertes efectos de red, aunque hay margen de mejora en la experiencia de usuario y desarrollador. En general, aunque estos aspectos pueden prosperar de forma independiente, tienden a separarse.