Un tribunal chino ha iniciado un nuevo modelo de disposición de activos denominado "encargo doméstico, disposición en el extranjero, retorno en circuito cerrado." El proceso implica que el tribunal confíe a una agencia externa la gestión de la disposición. Esta agencia, tras proporcionar una garantía de cumplimiento, delega la transacción en el extranjero a un agente extranjero calificado. Las transacciones se realizan en una plataforma de comercio de activos virtuales con licencia, certificada por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong, asegurando que los precios no estén por debajo del promedio de 20 días antes de la transacción. Los fondos de estas transacciones se convierten y transfieren a una cuenta designada por el tribunal después de obtener la aprobación de la Administración Estatal de Divisas. Los ingresos serán confiscados y entregados al tesoro nacional o devueltos a las víctimas, de acuerdo con los procedimientos legales.