El crecimiento del PIB de China en el tercer trimestre se ha desacelerado a un 4,7%, impulsado por una débil inversión, la caída de los precios y unas ventas minoristas moderadas, a pesar de los niveles récord de exportación. La tendencia deflacionaria en curso ha persistido durante nueve trimestres consecutivos, agravada por las tensiones comerciales con Estados Unidos, que han ejercido una presión adicional sobre los sectores industrial y minorista. Se espera que los responsables políticos se centren en mejorar el consumo interno y la autosuficiencia tecnológica para estabilizar el crecimiento económico. Actualmente, el consumo de los hogares en China representa aproximadamente el 40% del PIB, significativamente inferior al promedio mundial del 56%, según informa el Banco Mundial.