China ha intensificado sus controles sobre la exportación de tierras raras, introduciendo requisitos más estrictos de licencias y permisos tanto para envíos civiles como no civiles. Esta medida, en respuesta a las crecientes sanciones de EE.UU. y las tensiones geopolíticas, busca aumentar los obstáculos de cumplimiento en lugar de imponer una prohibición total. En septiembre, los volúmenes de exportación cayeron a 6,538 toneladas desde 7,338 toneladas en agosto, lo que indica el impacto inmediato de estas medidas. Se espera que los controles más estrictos afecten los precios y las cadenas de suministro en varios sectores, incluyendo la minería de criptomonedas, vehículos eléctricos y aeroespacial. Aunque los funcionarios enfatizan que el objetivo es la estabilidad a largo plazo, las nuevas regulaciones podrían plantear desafíos para las industrias tecnológicas y de criptomonedas globales que dependen de estos materiales. El comercio de uso civil sigue permitido, siempre que se mantenga el cumplimiento.