Buenos Aires ha implementado un impuesto del 6% sobre los ingresos brutos en las transacciones de criptomonedas, que grava la diferencia entre los precios de compra y venta. Este nuevo marco tributario afecta a los trabajadores independientes y a las empresas involucradas en el comercio de criptomonedas. Además, las empresas que brindan servicios de minería y custodia deberán pagar un impuesto del 4% sobre sus ingresos relacionados. La introducción de este impuesto tiene como objetivo aportar claridad al entorno regulatorio, pero ha generado críticas por parte de analistas del sector que lo consideran regresivo y un posible obstáculo para la adopción de criptomonedas. Las casas de cambio locales han expresado su preocupación, sugiriendo que el impuesto podría agravar los desafíos existentes que enfrenta la industria cripto en Argentina, lo que llevaría a un aumento de costos y a una disminución de la inversión.