Las naciones del BRICS, que controlan el 42 % de la producción mundial de alimentos y el 33 % de las tierras cultivables, están lanzando un intercambio alimentario para mejorar la seguridad alimentaria global. Esta iniciativa tiene como objetivo facilitar el comercio directo en monedas locales, reduciendo la dependencia de los mercados de materias primas occidentales. Brasil, un actor principal, exporta más de 165 mil millones de dólares en productos agrícolas anualmente, mientras que Rusia lidera como el mayor exportador mundial de trigo. El plan de acción del BRICS para 2025-2028 se centra en fortalecer la agricultura familiar y las reservas alimentarias regionales. Esta estrategia está diseñada para estabilizar los precios y garantizar la seguridad alimentaria de 99,1 millones de personas que enfrentan graves escaseces, marcando un cambio significativo en la dinámica alimentaria global.