Brasil ha promulgado nuevas regulaciones que clasifican a las stablecoins como monedas extranjeras, sometiéndolas a las leyes cambiarias del país. Este cambio de política somete a las stablecoins a normas financieras, prácticas contra el lavado de dinero (AML) y procedimientos de conocimiento del cliente (KYC). La medida busca crear un entorno más seguro para las transacciones con criptomonedas y podría impulsar la inversión institucional mientras estabiliza los mercados de divisas. Sin embargo, las nuevas regulaciones también plantean desafíos, como la necesidad de que los intercambios de criptomonedas revisen completamente sus sistemas para cumplir con el marco legal actualizado.