En 2025, Bitcoin (BTC) y Ether (ETH) continúan dominando las estrategias de tesorería corporativa y nacional, cada uno ofreciendo ventajas distintas. Bitcoin sigue siendo la opción preferida por su estabilidad y preservación de la riqueza a largo plazo, con más de 1 millón de BTC en manos de instituciones. Su papel como oro digital se refuerza con iniciativas como la Reserva Estratégica de Bitcoin de EE. UU., que posee hasta 207,000 BTC. Por otro lado, Ether está ganando terreno debido a su potencial generador de ingresos y su utilidad en las finanzas descentralizadas (DeFi). Con 4.91 millones de ETH en manos de 73 entidades, Ether ofrece rendimientos anuales del 3% al 5% mediante staking y respalda activos tokenizados. Empresas como BitMine Immersion Tech ejemplifican una estrategia dual, manteniendo tanto BTC como ETH para equilibrar estabilidad con potencial de crecimiento. La elección entre BTC y ETH depende de los objetivos de la tesorería: Bitcoin para seguridad de capital y confianza, Ether para crecimiento e ingresos. Mientras BTC lidera en tenencias totales, el atractivo de ETH está en aumento entre las entidades que valoran sus características programables.