La minería de Bitcoin se ha convertido en una industria global, enfrentando desafíos significativos relacionados con el consumo de energía, las diferencias regulatorias y las relaciones con la comunidad. Un informe reciente indica que el 52,4 % de las operaciones mineras ahora utilizan fuentes de energía renovable, como la energía hidroeléctrica en Canadá y la energía geotérmica en El Salvador. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre el uso de combustibles fósiles en regiones como Kazajistán y Texas, que contribuyen al aumento de las emisiones de carbono. Las respuestas regulatorias a la minería de Bitcoin varían significativamente en todo el mundo. Kuwait prohibió la minería en 2025 debido a la tensión en la red eléctrica, mientras que Estados Unidos bajo la administración de Trump relajó las regulaciones ambientales para atraer a los mineros. El cumplimiento de criterios ESG es cada vez más importante para los inversores institucionales, con empresas como Marathon Digital comprometiéndose a utilizar un 100 % de energía renovable. A pesar de estos esfuerzos, desafíos como los residuos electrónicos de los ASIC y la volatilidad en los costos de energía continúan representando obstáculos significativos para la industria.