Las criptomonedas como Bitcoin y Ethereum están siendo reconocidas como activos monetarios alternativos debido a sus fundamentos tecnológicos únicos. Estas monedas digitales son valoradas por su suministro programático y transparente, así como por su independencia de cualquier persona o institución en particular. Similar al oro físico, su utilidad se ve reforzada por su estabilidad y su desvinculación de los sistemas políticos, lo que las convierte en posibles reservas de valor.