La industria bancaria enfrenta el desafío de aprovechar sus herramientas existentes para competir con o facilitar las stablecoins, contrarrestando los argumentos en contra de las recompensas para los consumidores. Los críticos sostienen que los bancos tienen la capacidad de innovar y generar nuevas fuentes de ingresos al adoptar la tecnología de stablecoins en lugar de oponerse a ella. Esta perspectiva sugiere que el sector bancario puede mejorar su ventaja competitiva integrando las stablecoins en sus servicios, beneficiando potencialmente a los consumidores con productos financieros más diversos.