La Casa Blanca está considerando una orden ejecutiva destinada a reducir la influencia de las firmas asesoras de voto y de los principales gestores de fondos indexados en la gobernanza corporativa de Estados Unidos. La propuesta busca limitar que firmas como ISS y Glass Lewis asesoren a las empresas a las que consultan y podría restringir la distribución de recomendaciones de voto. Además, la orden podría exigir que fondos indexados como BlackRock, Vanguard y State Street alineen sus votos con las preferencias de sus clientes, abordando preocupaciones sobre la toma de decisiones centralizada. Estas firmas actualmente controlan alrededor del 30% de las acciones en muchas grandes empresas estadounidenses. La iniciativa surge en medio de críticas de líderes empresariales que argumentan que estas entidades ejercen un poder excesivo. La Casa Blanca aún no ha tomado una decisión final sobre el asunto.