El cierre del gobierno de Estados Unidos, que duró 43 días y fue el más largo en la historia, concluyó el 12 de noviembre después de que la Cámara aprobara un proyecto de ley de financiamiento temporal, que el presidente Trump firmó para convertirlo en ley. Este cierre interrumpió significativamente el sistema estadístico de EE. UU., lo que provocó un retraso en datos económicos cruciales, incluyendo cifras de empleo, inflación y PIB. Con la reanudación de las operaciones en agencias como la Oficina de Estadísticas Laborales, se anticipa una liberación sustancial de datos retrasados en las próximas semanas. Se espera que esta afluencia de información influya en las expectativas del mercado respecto a la economía estadounidense y la política de la Reserva Federal.