El final de 2025 podría marcar el inicio de un nuevo ciclo de criptomonedas, ya que Bitcoin se estabiliza tras una caída del 30% en el mercado. Esta estabilización se atribuye a mejoras macroeconómicas y cambios en la liquidez, con la Reserva Federal adoptando una política acomodaticia, reduciendo las tasas al 3.75%-4.0% para octubre de 2025. Esta medida ha reducido el costo de oportunidad de mantener Bitcoin, aumentando el apetito por el riesgo. Los bancos centrales globales, incluidos el BCE y el BoE, también han flexibilizado las políticas monetarias, creando un entorno de estímulo sincronizado. Además, el desarrollo de las CBDC y marcos regulatorios más claros, como la Ley Genius y las regulaciones sobre stablecoins en EE. UU., están fomentando la adopción institucional. A pesar de la volatilidad a corto plazo, la liquidez muestra signos de recuperación, con desarrollos políticos como el grupo de trabajo sobre criptomonedas de Trump que añaden complejidad a las perspectivas del mercado.