Las políticas de tributación de criptomonedas difieren significativamente entre Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, afectando actividades desde el staking hasta el gasto. En Estados Unidos, las criptomonedas se tratan generalmente como propiedad, aplicándose impuestos sobre las ganancias de capital en las transacciones. El Reino Unido también grava las criptomonedas como propiedad, pero con reglas específicas para el staking y la minería. Alemania ofrece condiciones más favorables, eximiendo de impuestos sobre las ganancias de capital a las criptomonedas mantenidas por más de un año y proporcionando exenciones fiscales para ganancias menores.