En el actual mercado alcista de criptomonedas, los fundadores están cada vez más optando por vender acciones secundarias temprano, lo que genera preocupaciones éticas sobre su impacto en el valor de la empresa. Ejemplos notables incluyen a Bam Azizi, fundador de Mesh, quien aseguró 20 millones de dólares de una ronda de financiación de 130 millones, y Dan Romero de Farcaster, quien obtuvo 15 millones de dólares de una ronda Serie A de 150 millones. Estas transacciones proporcionan libertad financiera sin esperar a la salida de la empresa, pero los críticos argumentan que pueden socavar el valor a largo plazo. Otros casos involucran a Omer Goldberg de Chaos Labs y ejecutivos de MoonPay, quienes también se han beneficiado de ventas secundarias. Aunque estos acuerdos han sido financieramente exitosos, algunas startups, como Farcaster, enfrentan desafíos para mantener el crecimiento de usuarios. La estructura única de la industria cripto y sus ciclos de hype facilitan estas salidas tempranas, pero las implicaciones éticas continúan siendo un tema de debate entre expertos del sector.