Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra, ha expresado su oposición a que los grandes bancos emitan sus propias stablecoins. Aboga por el desarrollo de depósitos bancarios digitales, también conocidos como depósitos tokenizados, para prevenir posibles salidas de capital y mantener la capacidad crediticia del sistema bancario. Bailey destacó los riesgos asociados con las stablecoins, incluyendo la posibilidad de corridas bancarias y lavado de dinero, en contraste con el apoyo de la administración Trump a las stablecoins ancladas al dólar.